Rivista DMA

Todo lo hago por el Evangelio

Todo lo hago por el Evangelio El último número de DMA 2009 quiere ayu­dar a reflexionar sobre el compromiso de la evangelización. Don y tarea urgente, inapla­zable. Expresado en varias ocasiones en la asamblea capitular, la cual ha orientado hacia su profundización seria y sistemática, consi­derando también la relación con el mismo tema del Capítulo. Una buena conclusión a la que se ha llegado fue la propuesta del pri­mer camino de conversión al amor entrega­do a cada FMA: “Ser memoria viva de la for­ma de existir y de actuar de Jesús”. La evan­gelización pone raíces en el corazón antes de ser signo y vida.
Evangelización es comunicación – puntuali­za el dossier -, y es ciertamente palabra, pero ante todo es una forma de ser, un estilo de vida. Es narrar con la propia existencia que “la vida cristiana es ‘buena’: ¿qué signo más elocuente – se pregunta Enzo Bianchi – de una vida habitada por la caridad, por el hacer el bien, por el amor gratuito que llega a abra­zar también al enemigo, una vida de servicio sobre todo entre los pobres, los últimos, las víctimas de la historia?”.
Ante todo, evangelizar el corazón. Esto im­plica un proceso de autoformación, cons­cientes de ser portadoras de un saber y de un saber hacer. El proceso educativo – subra­ya la sección Vida consagrada y… - acompa­ña a la persona hacia una plena configura­ción con Cristo según el carisma del propio Instituto para una presencia significativa en el contexto donde se vive. Es la meta de la formación.
Vivimos en un momento histórico en el que no podemos callar. Desde el acontecimiento de Pentecostés – realza Hilo de Ariadna – la iglesia ha madurado el conocimiento de que tiene una tarea activa en la sociedad y en el mundo; su tarea precisa es la de hablar del Dios de Jesucristo. Con parresia, dispuestas a ir contra corriente, con la valentía de una palabra límpida y libre, en grado de fraguar en la mujer y en el hombre de hoy.
Un gran reto para nosotras educadoras sigue siendo la pregunta: ¿Cómo educar a los/as jóvenes a la fe? Se intenta dar respuesta a es­te complejo interrogante en la sección Pas­toralmente. Los tiempos son difíciles, a me­nudo faltan estrategias claras de recorrido. Sin embargo “los tiempos difíciles pueden manifestarse como los tiempos más evangé­licos”, afirmaba Madre Teresa de Calcuta. La educación a la fe en este nuestro tiempo no es tanto cuestión de medios de los que dis­poner, cuanto una gestión de fuente a des­cubrir. Urge una vuelta a la fuente, aquella de la que bebían los profetas de todos los tiempos y que indicaban como esencial en los momentos en los que las certezas eran sacudidas desde los fundamentos. La fuente se encuentra en el corazón de las personas, y para nosotras se alimenta en el compartir, en la compañía con muchos jóvenes sedien­tos de Dios. La fuente evangeliza el corazón y empuja a la pasión ardiente de vivir y ac­tuar sólo por el evangelio.

gteruggi@cgfma.org

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