La conmemoración del 70° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha sido una ocasión especial para nuestra escuela. Hemos podido reafirmar que el camino de los derechos humanos pasa a través de la educación que recibimos los jóvenes y, al mismo tiempo, valorar la Celebración de las Jornadas Internacionales declaradas por la Organización de las Naciones Unidas. Estas son oportunidades de conocimiento, estudio y reflexión sobre las situaciones y fenómenos sociales actuales.
Nuestra trayectoria educativa de adolescentes y jóvenes migrantes está orientada al compromiso de apoyar lo que favorece la dignidad de cada persona y de todas las personas humanas. Es el rostro de la otra persona que nos obliga a reconocerlo, respetarlo, promoverlo en su originalidad y despertar su responsabilidad: cada uno contribuye al bienestar espiritual, moral y material de la comunidad social.
En esta línea, el 2 de octubre celebramos el Día Internacional de la No Violencia, establecido por las Naciones Unidas para afirmar ese mensaje de paz, tolerancia y fraternidad universal, especialmente entre las nuevas generaciones. Pudimos recordar a algunos de sus inspiradores: Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King y otros líderes y movimientos que trabajan por los derechos civiles y libertades en todo el mundo.
Como jóvenes del Tercer milenio, nos esforzamos por escuchar y comprender, pero también por el conocimiento y estudio del patrimonio de aquellos valores que rompen la tendencia hacia el aislamiento, el cierre y la lógica del poder, que solo traen violencia y destrucción.
La noviolencia nos enseña diversos medios de reconciliación, nuevas formas de justicia y desarrollo sostenible, protección y custodia de la creación, que abren el camino a la solución pacífica de los conflictos y nos ayudan a formarnos como personas sin reserva al servicio de la causas más nobles de la Humanidad.
El 5 de octubre conmemoramos el Día Mundial de los Docentes, recordando que el 5 de octubre de 1966 éstos recibieron por primera vez de la UNESCO el solemne reconocimiento de la importancia estratégica de su papel y responsabilidad. A partir de 1993, el día mundial de los maestros, dedicado a un tema en particular, se celebra el 5 de octubre de cada año. Este año, el tema elegido fue: "Enseñar en libertad, dar más poder a los docentes" y tuvo como objetivo fundamental estimular la reflexión, junto con nuestros educadores, en particular sobre el papel de la capacitación de profesionales, sobre los desafíos que enfrentan diariamente, especialmente en algunas partes del mundo y en las difíciles condiciones de trabajo a las que están sometidos, especialmente en los Países de los que venimos y donde vivimos ahora.
Fue agradable poder agradecer a todos los que nos educaron, por el compromiso fundamental de garantizar una educación de calidad, justa e inclusiva, de aumentar nuestro nivel de alfabetización y educación, de reducir la deserción escolar, especialmente para nos, migrantes y refugiados. Quien educa, enseña e instruye, garantiza el empoderamiento de niños, adolescentes y jóvenes y el logro del desarrollo sostenible.
Al ser sobre todo niñas y mujeres jóvenes migrantes, celebramos con gusto el Día Internacional de las Niñas el 11 de octubre. Sabemos que el objetivo del desarrollo sostenible n. 5, sobre la igualdad de género a través de la emancipación de mujeres y niñas, afecta a todos, incluso a nosotras, como novias y madres de las generaciones futuras. Es una pregunta que, debido a diversas discriminaciones, merece atención y políticas sociales en cada país. Celebrando el día nos enfocamos en los derechos de los más pequeños y en la necesidad de promover su emancipación, el mejoramiento de sus condiciones de vida, con la participación de las familias, las comunidades y la sociedad en general. El potencial que poseen las niñas, si se las apoya adecuadamente durante la infancia y la adolescencia, les permitirá convertirse en mujeres, trabajadoras, madres, empresarias, líderes políticas, profesionales de todo tipo: una verdadera inversión en el futuro, especialmente si consideramos los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y la sostenibilidad global. En nuestro estudio, encontramos que en 2015 las niñas menores de diez años, en comparación con las generaciones anteriores, tenían mayores oportunidades de inscribirse en la escuela primaria, de recibir las principales vacunas y estaban menos expuestas a los problemas de nutrición y salud.
También quisimos celebrar el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre con el eslogan "Las acciones son nuestro futuro. Un mundo #Fame Zero en 2030 es posible". Parece extraño, pero aún en 2018 existe el flagelo del hambre en el mundo: 281 millones de personas lo sufren, incluso si se producen alimentos suficientes para alimentar a todos. El 60% de estas son mujeres. Y más aún, el 45% de las muertes infantiles se deben a la desnutrición, un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierden o se desperdician y el costo global de los residuos asciende a 2,6 billones de dólares al año. En otros países, hay cifras igualmente preocupantes, incluso si, por así decirlo, volcadas, en comparación con las anteriores: 1,9 millones de personas tienen sobrepeso, de estas, 672 millones son obesas. Ante tales cifras aterradoras, que revelan un futuro de desequilibrios cada vez mayores entre las áreas del planeta y las poblaciones, nos comprometemos a vivir con esperanza al actuar, cada uno de nosotros con nuestra propia fuerza y ??de acuerdo con nuestras posibilidades. Las reglas para nosotros, que seremos adultos en un futuro próximo, son elementales y de sentido común: evitar el desperdicio, producir más con menos, seguir una dieta más saludable y sostenible.
Finalmente, fue interesante celebrar el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el 17 de octubre, con el objetivo de promover la conciencia de la necesidad de esta erradicación en todos los países del mundo, y en particular en los más pobres, quisimos orar así:
Te presentamos, Señor, nuestras esperanzas, nuestros sueños, las actividades y los esfuerzos que apoyamos para establecer la justicia y erradicar la pobreza.
Haznos capaces de escuchar atentamente y profundamente para aumentar nuestra conciencia de las necesidades de las personas más débiles de nuestra sociedad.
Y permítenos, habiendo relevado estas necesidades, tener el coraje de comprometernos a trabajar intensamente por el Reino de Dios y por la transformación del mundo.
El itinerario escolar para el estudio a fondo de las Jornadas Internacionales fue una gran oportunidad para tomar conciencia de los derechos y deberes que se han de vivir expresar en una ciudadanía activa y responsable. A través de este compromiso podremos ser mejores jóvenes, ciudadanos honestos y buenos creyentes en diferentes religiones, en esta gran aldea global, donde la humanidad del tercer milenio está en camino.
Estudiantes de FeyAl - Roma
de 16 países del mundo
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