Monterrey (Messico). Ante los acontecimientos del 19 de septiembre 2017, del terremoto en Mèjico, Marcela E. De Leòn alumna de catorce años del Instituto Excélsior de Monterrey, le presentò a la directora una carta expresando lo que ella y sus compañeros estaban pensando y sintiendo para reaccionar una forma solidaria ante la situaciòn de emergencia de los damnificados.
Efectivamente la carta fue apoyada por parte de las directivas, los Padres de Familia y la comunidad educativa en general que destinaron lo recabado en diferentes actividades para apoyar a los damnificados del terremoto. A continuación, apartes de la carta de Marcela:
“[...] Soy salesiana y mis valores como ciudadana me impiden quedarme sentada... Nosotros venimos a la escuela y regresaremos a nuestros hogares, cierto, con nuestras tareas y con ganas de descansar un poco, pero muchos de ellos no regresarán, porque quedaron atrapados bajo los escombros.
Personas de la tercera edad, no lograron escapar de la tragedia y aunque muchos trataron de salvarse, se quedaron a medio camino y es por ello que quiero expresar la impotencia que siento pensando que, personas con la misma condición de mi abuelita, perdieron la vida; es así, el abuelo, la abuela, el papá o la mamá, la hija, la hermana, el marido, la esposa de alguien, están bajo los escombros tratando de sobrevivir, esperando que la vida le dé una segunda oportunidad, no importando el hecho de tener que empezar desde cero.
México es la gente que habita en ella, es mi gente y llevamos la misma sangre. En México nos ayudamos sin importar las diferencias de origen, condición social o religión. Cuando más lo necesitamos, la gente está ahí, a pesar de todos los problemas socioeconómicos, políticos y sociales, la gente se une en los momentos más difíciles y es por ello, que México ha logrado salir adelante una y otra vez, por su gente, por mi gente...ellos nos necesitan y con ellos tenemos en común que somos mexicanos y yo, no puedo dejar solo a mi paisano, no puedo ignorar su llamado de auxilio”.
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